Actriz, compositora, escritora, diseñadora, pero, ante todo, madre. Rossy de Palma puede presumir de ser una mujer polifacética donde las haya, activa y arrolladora. No obstante, la artista no renuncia a los placeres que le ha otorgado la maternidad y procura disfrutar de sus dos hijos a cada momento.
Ahora, la intérprete ha presentado su propio perfume, Protección, una esencia basada en las creencias de los antiguos egipcios sobre la protección ante lo no visible, una suerte de talismán elaborado con 'ingredientes mágicos', entre los que destacan la sangre y la rosa de Bulgaria.
- ¿Cómo ha sido la experiencia en la creación perfumera?
- He nacido para esto.
- ¿Has contado con algún tipo de asistencia técnica?
- He tenido el apoyo de las dos mejores narices de Francia. Es como componer música, con sus notas y acordes. Yo tenia muy claro que quería hacer un perfume para la protección, no para la seducción, porque estoy cansada de la mercadotecnia perfumera. La esencia del perfume tradicional es la lucha contra los males de ojo y ese tipo de cosas. Cuando mire en Internet y me di cuenta de que a nadie se le había ocurrido ponerle Protección a un perfume y me surgieron las mariposas en el estómago.
- ¿Qué nos va a ofrecer este perfume?
- Se trata de un perfume con componentes muy mágicos, en especial la Rosa de Bulgaria. Además lleva sangre, que tiene que ver con la memoria. Nuestra sangre lleva la memoria de nuestros ancestros y se mezclan la luminosidad de la rosa y la oscuridad de la sangre. Es un juego de contrastes. El dragón es también contraste porque es un monstruo protector. Es un juego de claroscuros y misterios.
- Yo quería un perfume de protección para tener una complicidad con uno mismo a la hora de perfumarnos, ponernos una película protectora ante todas esas cosas que nos molestan del día a día, tener una relación más íntima con el perfume.
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