Parece mentira que en un mercado como el del perfume en el que cada año asistimos al lanzamiento de un sinfín de novedades, casi mil anuales, sea tan difícil encontrar una fragancia realmente buena y original. Ojo las hay, sólo faltaba, pero no en la cantidad que cabría esperar. Por eso no es extraño que marcas que tienen en su haber valores seguros en este mercado, léase perfumes de calidad que habían sido arrinconados por las novedades, hayan recapacitado y vuelvan a ponerlas a la venta (en algunos casos no habían dejado de venderse pero en otros sí). Y me parece un acierto porque cuándo algo se convierte en un clásico es casi un pecado abandonarlo en el baúl de los recuerdos, en este caso olfativos. Como ocurre en otros campos, el literario por ejemplo, a alguien se le ocurriría dejar de editar a Stendhal o a Pérez Galdós porque estén arrasando Larsonn o Dan Brown. Pues no, ¿verdad? ¿Acaso no son compatibles las lecturas de masas con las de los clásicos? Pues con los perfumes ocurre lo mismo. Estas fragancias, que creíamos perdidas en el tiempo, vuelven al presente como aquellos escritores cuyas obras son reeditadas, para que puedan ser descubiertas por nuevas generaciones o recordadas por las mayores. Y esto es lo que pretende hacer la maison Dior con algunos de sus tesoros aromáticos. Para muchas mujeres, y hombres, se trata de perfumes, Dioressence, Diorella, Eau Fraîche,… que les evocan numerosos recuerdos. Pues bien ahora François Demachy, Perfumista-Creador de Dior, ha decidido despertar estas fragancias dormidas para que sus admiradores puedan recuperarlas y las nuevas generaciones apreciarlas. Eso sí, como suele ocurrir con los clásicos literarios, se han reeditado en una edición de lujo. Todas se han vestido con el mismo look ya que ahora forman parte de una colección y se han embotellado en un frasco más moderno, aunque sobrio y elegante, muy couture. Así uniformizadas, realzadas con el emblemático óvalo Dior tallado en el cristal y un cordón plateado atado al cuello, las cinco fragancias de la colección Les Créations de Monsieur Dior han hecho su debut este mes de noviembre en una red exclusiva de perfumerías y grandes almacenes. Las integrantes de la colección son:
Eau Fraîche. 1953
En su día supuso toda una revolución en el mundo del perfume ya que fue pionera en varios ámbitos. Fue la primera colonia fresca de la casa y la primera fragancia unisex de la historia. Encargada especialmente por Christian Dior a Edmond Roudnitska, nariz y amigo del diseñador, Eau Fraîche es una creación histórica que abonó el terreno para el éxito mundial de Eau Sauvage en 1966. Aunque este chipre fresco no logró el éxito masivo que tuvo más tarde la legión de "seguidores " a los que tanto inspiró, sumergirse en él es como emprender un viaje en el tiempo, pues expresa la evolución de la colonia popular. Eau Fraîche permitió a los hombres liberarse del corsé de la colonia tradicional de lavanda y entrar por primera vez en el sofisticado mundo de la alta perfumería. Según François Demachy "Con Eau Fraîche, la Perfumería toma una dirección totalmente nueva. Con ella las Eaux de Cologne clásicas se modernizan. Es un chipre fresco, un acorde construido alrededor de 4 o 5 materias primas. Eau Fraîche es el ancestro de Eau Sauvage. Los acordes alrededor del jazmín y unas cuantas notas aromáticas constituyen el sello inconfundible de Edmond Roudnitska." El Eau de Toilette de 100 ml de Eau Fraîche cuesta 70€
Diorissimo. 1956
Es sin duda la creación más personal de monsieur Dior y os cuento por qué. Como era muy supersticioso y fetichista, Christian Dior llevaba a menudo un ramillete de muguet en el bolsillo o en la solapa de su traje, a modo de amuleto. Solía incluso coser esta flor seca en el bajo de los vestidos antes de los desfiles. Creía que traía buena suerte, además de dejar una estela perfumada con cada giro de falda New Look. Y es que cada una de estas faldas era confeccionada con metros de tela para abrirse como una corola y transformar a las mujeres en auténticas flores. Además, Christian Dior era un apasionado de la jardinería. Cultivaba toda clase de flores en el jardín de su casa de Granville en Normandía, un jardín colgado de un acantilado y expuesto a la intemperie. Tal era su pasión por los jardines que con el dinero conseguido tras el éxito de su primera colección se compró una casa de campo en las afueras de París, un antiguo molino con estanque, rodeado de hectáreas de terreno surcado por canales donde creó un maravilloso jardín bucólico. Más tarde, en 1955 compró La Colle Noire, una casa señorial “con aire toscano” en un pueblo del sur de Francia, para descansar y aislarse después del estrés de las colecciones. Plantó decenas de almendros en su inmenso jardín para poder disfrutar del suave aroma de sus flores en febrero, momento en el que se recluía para recargar la energía gastada en el taller de París. Diseñado enteramente por él, este jardín fue una verdadera fuente de inspiración para la creación de algunos de sus perfumes, en particular Diorissimo. Un día, tras un almuerzo en La Colle Noire con Edmond Rousnitska el perfumista le mostró sus trabajos sobre la flor de muguet, que tanto le gustaba. Dior sólo dijo: "será mi próximo perfume ". El aroma del muguet, sin embargo, no se puede obtener a través de la destilación o de la extracción. La habilidad de Roudnitska para recrearlo con tanta fidelidad es una auténtica proeza y prueba de genialidad. De allí el asombro del modista al descubrir por primera vez a su flor fetiche en un frasco de cristal. Exaltado, Christian Dior diseñó él mismo el ánfora de cristal de Baccarat que debía encerrar el perfume, y el complejo tapón de metal dorado, verdadero trabajo de orfebrería que representa un ramo de rosas y jazmín. Fue su última creación olfativa, pues falleció en Italia un año más tarde. El día de su entierro, su féretro desapareció bajo decenas de ramilletes de muguet fresco. Según François Demachy, "Diorissimo es el reflejo de su época. No es un simple muguet, más bien un acorde floral alrededor del muguet. Es un olor de bosque, de sotobosque, de jazmín húmedo, un poco verde. He creado ahora una versión Eau de Parfum de Diorissimo, más espesa. Para ello, he seleccionado el absoluto de jazmín, el absoluto de rosa y la esencia de rosa. Es una impresión verde un poco diferente, más "hoja" y menos "tallo". El Eau de Parfum es más rico que el original Eau de Toilette. Es más profundo, tiene más carácter, más estructura". Diorissimo se presenta en varias versiones Eau de Toilette vaporizador de 50ml (59 €), Eau de Toilette vaporizador de 100ml (90 €), Eau de Parfum vaporizador de 50ml (74 €) y Extracto de 15ml (137 €)
Diorella. 1972
Fiel a Dior incluso después de fallecer éste, Edmond Roudnitska siguió creando fragancias extraordinarias que aún perduran en el tiempo. Esta colaboración duró casi 45 años. Tras crear Eau Sauvage en 1966, sorprende a las mujeres con un perfume muy floral y aéreo que él mismo considera su obra de arte. Decididamente joven y alegre, es la fragancia moderna de los ’70. Con sus notas de jazmín, madreselva, cítricos y fruta madura, captura la ligereza de la primavera y el calor del sol. "Diorella no es la versión femenina de Eau Sauvage, como muchos han dicho" declaró un día Roudnitska. "Es una transformación que sigue principios de perfumería totalmente nuevos y diferentes aunque, por supuesto, Diorella se aprovecha de la experiencia de Eau Sauvage".
Para François Demachy, "Diorella tiene una construcción muy moderna en torno al jazmín. No se trata de un jazmín pesado, sino verde y especiado, aromático, casi anisado. Es una de las más bellas y ricas creaciones de Roudnitska. Estamos en los años 70 y asistimos a la aparición de las notas de síntesis, en particular del Hedione, verdadero potenciador de frescor. Diorella es también el reflejo de una época mucho más moderna, más técnica en cuanto a perfumería se refiere”. El Eau de toilette de 100 ml tiene un precio de 84 €
Dioressence. 1979
Los tiempos cambian y en 1979, la casa Dior lanza su primera fragancia oriental, Dioressence, un perfume para una mujer deliberadamente fatal y hechicera. Su composición atrevida a base de geranio, canela y pachulí le confiere voluptuosidad y misterio. Esta creación es obra del perfumista Guy Robert. "Dioressence no es un oriental lánguido o empalagoso" dice François Demachy. "Es un oriental decidido, con un aspecto casi masculino. Es inconfundible, se le identifica inmediatamente. Aunque sigue la arquitectura de los orientales, contiene menos vainilla, produce una sensación más ambarina y más vegetal. Las notas de cuero que le aporta el geranio crea un equilibrio a la vez floral y verde. En su época, abrió el camino de los orientales". El Eau de toilette de 100 ml cuesta 90 €
Forever and ever Dior.
Junto a estos clásicos se encuentra cerrando la colección Forever and ever. Se trata de una composición actual que rinde homenaje a Les Créations de Monsieur Dior. Es un floral moderno a base de freesia, absoluto de jazmín, esencia de rosa turca y almizcle blanco."Muy consensuada, sin asperezas, bien hecha, equilibrada”. Así describe François Demachy esta creación reciente de la casa Dior. “Forever and Ever Dior es la más moderna de la colección. Es una fragancia romántica, dulce y delicada en torno a la Rosa de Bulgaria, flor emblemática de los perfumes Dior”. El vaporizador de 100 ml de esta eau de toilette se vende a un precio de 90 €.
Y tú, ¿con cual te quedas?
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